Santceloni
Pienso y pienso como empezar este post y no me creo capaz de conseguir las palabras que necesito para trasmitirles la experiencia gastronómica que implicó comer en este lugar. Les comento que Santceloni es un restaurant en Madrid, galardonado con dos estrellas Michelin, el restaurante es un tesoro gastronómico. Santi Santamaría fue su director, hoy día es dirigido por el Chef Oscar Velasco.
Obviamente después de reservar, llegué a este lugar, solo habían tres mesas ocupadas de unas 12 mesas que vi, apenas entré, me atienden y me llevan a la mesa, en el camino ya me llamó la atención algo: La mesa de quesos! impresionante mesa como con 20 tipos de quesos, en ese instante pensé que solo había visto mesas de queso así en fiestas privadas y dije… ummm yo quiero.
Me senté y en ese momento dos personas se acercaron y me informaron que ellos me atenderían durante mi estancia.
Otra persona en este caso el Maitre, me presentó el menú y me preguntó si era mi primera vez, al decirle que si, me recomendó el menú guiado, el cual acepté. No me pregunten el precio, fue el almuerzo más caro de la historia de mi vida y muerte.
Ok, después de aceptar el menú, llegó el mesonero, y me presentó la cesta de pan, habían por lo menos 6 tipos de pan distinto, el mesonero me explicó uno a uno… empecé a comer, en ese momento pedí un pan con sésamo y pasas, me adelanto y les digo que desde allí al momento que dejé de comer pasaron tres horas comiendo. #slowfood
Instantes después llegó el sommelier y entre su sugerencia estaba Cava, Champagne y Vino blanco, Mi elección fue por una cava que me recomendó, El menu decía: «La penicilina salvo al hombre, el vino lo hizo feliz»
La carta de vinos era asombrosa y muy muy amplia, la mayoría desconocida por mi, así que le dije guíame y cámbiame de vino cada vez que sea necesario, en total tome tres vinos distintos, todos sugeridos por él. Me llamó la atención que fueron dos blancos y uno tinto, los tres de Cataluña.
Inició la fiesta, entrada de salmón y tartar, fiesta de explosiva en el paladar, no paraba de hacer gestos de asombro, solamente la vajilla y la explicación de los mesoneros sobre cada plato me dejaban en estado de ansiedad y de satisfacción sublime.
Llegó el tercer plato, un caldo de jamón impresionante super sabor, complejo y rico.
Turno de las cigalas con papas… me llevan de arriba a más arriba en sabor, en ese momento llegó algo que me explotó en la cabeza, eran unas cinticas pero no de pasta, eran de calamar!! es decir las tiritas no eran pasta era pescado.
Luego llegé el pescado del día, a la plancha con una crema divinísima de auyama.
Después el cochinillo… dios mio!! qué sabor!, se deshace en la boca. es insólito.
A este punto pensaba que no podía más en términos de sabores y llegó el momento de la degustación de la mesa de quesos. Me explicaron cada uno de ellos y me hicieron una selección basada en intensidad… mamita querida, dios existe!
A todas estas tenía dos mesoneros dedicados a mi, pendientes de mi agua, de mi vino de que mi estadía fuera perfecta, super bien atendido en ningún momento molestado, nunca me faltó nada.
Llegó el turno de los postres y fueron tres, como una especie de entrada, postre y despedida.
Santceloni es sin duda alguna el mejor restaurant que he visitado, no solo en la comida sino en la atención, en la propuesta.
La gastronomía no implica cocinar, implica una experiencia hedonista alrededor del hecho de comer, son olores, emociones, sensaciones, no se trata del gusto solamente, se trata de lo visual, de las texturas, de los olores y del placer de sentir la atención adecuada… todo eso hace de Santceloni un lugar mágico, creo que es eso que llaman el cielo, tal vez morí y allí resucité.
No debemos pensar que el arte español está solamente en el Prado o en Reina Sofia, el arte español está en sus platos, en su cocina, en su alta cocina, después de ver el Gérnica, después de ver a Dalí después de ver a Miro… vi un poco de todo eso en los platos de Santceloni, color, composición, esencia, cultura, una herencia, la herramienta de Oscar Velasco no fue la pintura en un lienzo, fue la comida en un plato.
Gracias! Santceloni.